Después de desconectar unas semanas, he vuelto por fin.
Lo de Nerón me afectó mucho y aún lo sigue haciendo, pero no queda otra que seguir adelante, muchas gracias a tod@s por la paciencia y el respeto mostrado.
El 14 de Noviembre lo sacrificamos y os juro que es lo más duro que he hecho en mi vida. Después de salir de la clínica veterinaria decidimos que no queríamos dejarlo en manos de unos desconocidos para incinerarlo, por lo que fuimos a un pueblo que está al lado de mi ciudad y lo enterramos en unos terrenos de nuestra propiedad en el monte. Nerón está enterrado junto al que fue el perro de mi padre hace 41 años, llamado Okeysi. Con él enterramos varios de sus juguetes y en su memoria plantamos un cerezo en el que colocamos tres fotos (mi hermano con Nerón, mi padre con Nerón y la que os puse aquí en la que salgo también con Nerón), creo que es un bonito detalle para recordarlo toda la vida. Una vida muere y otra nace.
Puede que suene cruel pero me sentí muy aliviada cuando lo enterramos, fue una liberación. Ya nadie sufría, ni él ni nosotros. El trayecto a casa lo hicimos en completo silencio, nadie hablaba. Mi hermano se fue a casa de su madre, mi padre a trabajar y yo me volví a casa.
Entrar por la puerta y que nadie viniera a saludarme fue muy duro, me derrumbé completamente. Me senté en la cama de Nerón llorando, lo que me parecieron 10 minutos en realidad fueron 2 horas. En cuanto me levanté llamé a mi madre y pasé la tarde desahogándome con ella. Ese mismo día decidí que si quería tener otro perro primero debía quitar todo rastro de Nerón. Al día siguiente donamos 3 sacos de comida, su cama, el bebedero, comedero y algunos de sus juguetes a un centro donde acogen perros abandonados.
Como ya os conté, el 17 nos fuimos a Vigo a por un cachorro. El que os mostré la semana pasada es el que elegimos, se llama Chulo o Chulito y tiene 3 meses. Es muy cariñoso y eso es algo que necesitamos todos en estos momentos. Al principio me costó mucho trabajo dejar que se sentara en los sitios que lo hacía Nerón, una parte de mí no quería que nadie le quitara su sitio. Pero comprendí que el cachorro no tiene la culpa de nada y necesita tanto cariño como nosotros.
Hoy 28 de Noviembre hace dos semanas que dejamos marchar a Nerón, no os voy a engañar, estas semanas han sido muy complicadas pero sé que hicimos lo mejor para él y para nosotros. Siempre que pienso en él lo recuerdo juguetón, inteligente y divertido. El Nerón que tuvimos las últimas semanas no era el nuestro y prefiero olvidar esa parte y quedarme con lo bueno.
Os he contado todo esto porque dicen que las malas experiencias se superan mejor si se cuentan. Aquí ha ido la mía. Gracias a tod@s por el apoyo.
Nerón Chulo
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